No tiene nada de sencillo: ya son dos los meses que han pasado conmigo por fuera de haiti, los llevo en ese bolsillo de alegria con el que compre mis ultimas botellas de barbancourt en el aeropuerto Toussaint Louverture, la escalera mas alta a la hora de bajar del avion en la noche mas oscura. Dos yendose a tres. estoy poniendo en practica mis resoluciones, mis razones, mis yo quiero esto y no lo otro. Y como siempre todo llega con forma de broma, lejos esta la seriedad y la ortodoxia que hacia aguantar estar en haiti queriendo estar en otra parte. La realidad se rie un poco de mi a cada esquina. No lo tenia tan previsto, pero tiene el encanto de las chicas con sonrisa robada que justo se alegran cuando parace que no les voy a tomar una foto; sera que miro difernete sin camara y sin intencion de captar luces.
Mis colegas van empacando maletas, caigo a veces en una innecesaria nostalgia, unas pseudo ganas de haberme quedado con ellos en ese barco. pero aun en la isla ya habia sido exiliado a otro archipielago, con otros compañeros que se parecian a otros personajes, asi que. prefiero no recordar lo harto que estaba en los dias de elecciones de tener que jalar el convoy mas extenso, levantarse durante dos semanas a las 5 de la mañana, conducir todo el puto dia porque uno no se fia de los conductores, y si lo hace pues resulta que son muy lentos. Bonito, si, tiene el merito de estar en la memoria. Y mis amigos tienen el merito de estar ya casi todos fuera de Haiti. Solo Andrea sigue alla, y no se bien cuando salga. Javier se va a la Haya, Javi Chico se va pronto, Natalia esta en el check out, Sandra como que tambien se va, Ann esta en los mundiales de rebote, y yo paseo el cuero por el caribe colombiano. Bueno un saludo que seguramente no les llegara, porque el mantener el blog no es mi fuerte. pero saludos a todos.
